La condena histórica en EE.UU. a Greenpeace no afectará «en ningún caso» al pedido de Vigo

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO

Imagen de archivo del Rainbow Warrior en la ría de Arousa.
Imagen de archivo del Rainbow Warrior en la ría de Arousa. MARTINA MISER

La organización asegura que la construcción de su nuevo buque insignia en el astillero Freire sigue adelante

05 abr 2025 . Actualizado a las 18:24 h.

El nuevo buque insignia que Greenpeace ha decidido construir en Vigo «en ningún caso» se verá comprometido por la delicada situación en la que se encuentra la organización ecologista en Estados Unidos, donde acaba de ser condenada a indemnizar con más de 600 millones de euros a la petrolera Energy Transfer. Así lo confirman desde la coordinadora de la oenegé en Galicia, que participa activamente en el proceso del encargo del nuevo velero que incorporará tecnología de vanguardia para «demostrar que é posible navegar longas distancias sen contaminar».

«Muy probablemente, Greenpeace tenga que declararse en bancarrota en los Estados Unidos y cerrar sus oficinas en Washington y San Francisco tras más de medio siglo defendiendo el planeta», explicó en un comunicado Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España. La organización estaba acusada de pagar a manifestantes contra la construcción de un oleoducto en Dakota del Norte, una infraestructura polémica promovida por Energy Transfer, compañía presidida por Kelcy Warren, que participó en la financiación de la campaña de Donald Trump. Fue este mandatario el que dio vía libre a la rápida construcción del oleoducto.

Tras el pronunciamiento del jurado popular y la histórica condena a Greenpeace, Kristin Casper, consejera delegada de la matriz internacional, zanjó en otra misiva que la entidad de ninguna manera abandonará su lucha contra los grandes contaminadores. Mientras realizan una exhaustiva valoración de la sentencia, avanzan que este fallo «no nos silenciará».

En esta pelea «por un futuro verde y en paz» ha jugado históricamente un papel trascendental su flota, que ahora aspira a renovar con la construcción de un revolucionario velero de 75 metros que partirá de las gradas de Freire Shipyard. Desde la coordinadora de la organización en Galicia explican que el conjunto de embarcaciones «sempre dependen en conxunto de Greenpeace International» y añaden que la condena emitida desde un tribunal del condado de Morton, en Dakota del Norte, «non mudou nada» en el transcurso del pedido que la asociación ecologista ha confiado al conjunto del sector naval gallego. La embarcación está contratada en España a través de una fundación de los Países Bajos, donde también se encuentra la sede de Greenpeace.

Los trabajos preliminares a la construcción ya están en marcha y está previsto que pronto se celebre la puesta de quilla de esta embarcación, cuyo nombre se decidirá en asamblea entre los integrantes de la asociación. El conjunto de la flota actual la conforman el Rainbow Warrior y el Arctic Sunrise.

El pedido que se ha consignado al astillero de Vigo se firmó en septiembre del año pasado, como comunicó posteriormente la organización. La entidad puso en valor el «extenso proceso de licitación» en el que salió airoso Freire tras demostrar en su forma de hacer «capacidad y compromiso para cumplir con los más altos estándares técnicos, ambientales, de sostenibilidad y de derechos humanos». Más tarde, desde Greenpeace Galicia añadieron que también ha influido el hecho de que el astillero se nutra a la hora de trabajar de toda una cadena de proveedores de proximidad.

Reto mayúsculo

El reto que persigue la mayor organización ecologista del planeta de la mano de la industria naval gallega es mayúsculo. Porque el objetivo es forjar una embarcación capaz de navegar por todo el planeta sin perjudicar la salud de los océanos. El sistema de propulsión diseñado para alcanzar este propósito va desde el empleo de hidrógeno y metanol verde hasta el equipamiento de placas solares y paquetes de baterías. Pero lo que resultará crucial serán los 2.000 metros cuadrados de superficie vélica que desplegarán dos mástiles de 60 metros de altura, obra de la firma Southern Spars. La oficina técnica Dykstra Naval se encarga del diseño de esta embarcación de 1.650 toneladas GT (arqueo bruto) que ha sido contratada en España.

Además de ejercer como plataforma flotante para denunciar e interrumpir los ataques de gigantescas compañías al medio ambiente, el pedido que pronto se comenzará a ver en la avenida de Beiramar servirá para la investigación científica y para demostrar la belleza del mar, según Greenpeace.