La primera eurobiblioteca que une Galicia con el norte de Portugal

Pedro Rodríguez Villar
Pedro Rodríguez AS NEVES / LA VOZ

AS NEVES

PEDRO RODRIGUEZ

Los bibliotecarios de As Neves y Monçao inicia un proyecto común «único»

22 mar 2025 . Actualizado a las 20:05 h.

David Gesteira, bibliotecario de As Neves, cruza el puente sobre el Miño con una sonrisa. «Vas ver. Elas son un encanto», continúa. Se refiere a Teresa Degues, que lo recibe con un enérgico «bom día» cuando entra por la puerta de la biblioteca de Monçao (Portugal), y a su compañera Anabela Além, que archiva libros en el piso de arriba. Los tres son los promotores de la primera eurobiblioteca de Galicia y del norte de Portugal. «Creo que tamén que é aínda máis única. Polo menos eu non coñezo ningún outro proxecto igual», continúa Gesteira. A través de la iniciativa Cultura entre Margens han unido sus dos bibliotecas para programar actividades e impulsar la cultura local a ambos márgenes del río Miño.

La inauguración de esta eurobiblioteca fue la semana pasada en la biblioteca de As Neves. 35 mujeres mayores de ambos lados del Miño se unieron para reflexionar sobre cómo la figura de la mujer había evolucionado en ambas sociedades. «Descubriron que tiveron vidas moi similares. Falaron de como non lle deixaban levar saias, do traballo no agro, do machismo e de cousas que as unían aínda que as fronteiras estiveran pechadas», recuerda Gesteira. Anabela, a su lado, también reconoce que la actividad fue un «éxito». Este fue el primer paso de un proyecto que este año arranca con cuatro encuentros transfronterizos más: «O Día das Letras Galegas imos organizar unha charla sobre o Minhoto (un dialecto del portugués propio del norte de Portugal y que se parece mucho al gallego), logo, en xuño, tamén imos facer un roteiro poético con artistas de As Neves e Monçao, en xullo organizamos unhas xornadas de xogos populares e tamén temos pensado organizar visitas turísticas e literarias», cuenta David.

Este proyecto nace con la idea de Teresa y Anabela «de adaptar las bibliotecas a la nueva sociedad. Tenemos que ser un lugar abierto, ser un centro para dinamizar la cultura local y ser un punto de encuentro para la gente». Las dos están convencidas de que las bibliotecas ya no son solo un lugar en el que ir a leer, estudiar o pedir libros prestados. De hecho, cuando llega David, Anabela y Teresa están recibiendo a unos niños de un colegio que van allí a disfrutar de una actividad cultural. «Isto é o que temos que ser agora», insisten.

En el proyecto de esta eurobiblioteca también convergen tres generaciones de bibliotecarios. Teresa es la veterana. Lleva más de 40 años al pie de la biblioteca de Monçao. Recuerda aquellos inicios en los que estaban en una «salita muy pequeña» y en la que tenían que ir con su coche llenó de libros parroquia a parroquia. En aquellos años, la conoció Anabela. «Teresa siempre fue la de la biblioteca. Yo recuerdo venir a pedirle libros de niña», cuenta. Después, ella siguió su camino y aprendió el oficio de la mano de Teresa. Después, en 2023, se encontraron con David, que iniciaba su carrera como bibliotecario. «Fuímos a Salvaterra para proponer una actividad compartida a su biblioteca y allí lo conocimos», cuenta Anabela. «Foi un encontró efímero porque eu xusto remataba a miña estancia na biblioteca esa semana. Logo, conseguín a praza en As Neves e fun eu o que as visitou en Monçao», continúa Gesteira. Así nació este proyecto compartido que, ahora, esperan ver crecer. «Sería moi bonito ter clubes de lectura transfronteirizos e algunha outra actividade permanente», dice David. De hecho, el grupo de mujeres que comparte con él el club de As Neves ha sido una «gran axuda» a la hora de crear esta eurobiblioteca.

Teresa, Anabela e David también sueñan con que este camino que han emprendido ayude a otras bibliotecas a sumarse a este proyecto. «Imaxina o positivo que sería para a comarca ter unha rede compartida», dice David. Anabela también lo piensa. «El otro día me llamó la bibliotecaria de Melgaço (Portugal) para preguntar qué era este proyecto», cuenta. Un primer contacto que, «quen sabe», puede traer otra idea como la que nació cuando David se encontró con las bibliotecarias de Monçao.