José Luis Relova, experto en sueño: «Las benzodiazepinas no deberían ser la primera opción para atajar los problemas a la hora de dormir»

VIDA SALUDABLE

El neurofisiólogo y jefe de servicio del CHUS destaca la importancia del descanso en la salud general a cualquier edad
25 abr 2025 . Actualizado a las 13:20 h.Santiago acoge hasta el sábado la reunión anual de la Sociedad Española del Sueño, que reúne a más de 300 expertos en el arte de Morfeo. José Luis Relova, jefe del Servicio de Neurofisiología Clínica del CHUS y presidente del comité local del congreso, destaca que, pese a la importancia del descanso en la salud, muchos opten por reducirlo. «¿Impediríamos que el sistema respiratorio realizase adecuadamente su función? Comprendo que esta pregunta es una perogrullada, pero es lo que en realidad estamos haciendo cuando escatimamos tiempo y calidad a nuestro sueño. No tiene mucho sentido no dejar funcionar adecuadamente a un sistema fisiológico», precisa.
—El lema del Congreso de estos días es «Sueño reparador: un camino hacia la salud integral». ¿Hay salud sin descanso?
—No. Precisamente, hay bastante evidencia científica de que un sueño que no sea adecuado va a repercutir en la calidad de vida e incluso puede resultar en la aparición de determinadas patologías.
—¿Cómo perjudica tanto a corto como a largo plazo?
—A corto plazo, va a influir en una lentitud en el procesamiento por parte del cerebro de situaciones. Es decir, habrá una disminución de reflejos y una peor resolución de problemas en determinadas situaciones. A más largo plazo, puede provocar o generar desórdenes de orden metabólico, endocrinológicos y, evidentemente, también efectos un poco más serios a nivel del sistema nervioso central, en el cerebro.
—Quieren recordar la importancia del sueño de calidad en la salud de todos los individuos a lo largo de su vida. ¿Cuánto necesita dormir un niño, un adolescente, un adulto y una persona de edad avanzada?
—Eso es muy variable. Dependiendo de los rangos de edad que estemos considerando habrá menos tiempo de sueño necesario o más tiempo de sueño. Es evidente, y obvio debido a esa experiencia cotidiana, que los recién nacidos necesitan muchas más horas de sueño. A medida que vamos aumentando las edades, el tiempo necesario de sueño va disminuyendo y, en el caso de adultos, digamos que tenemos un rango de entre siete y ocho horas. En edad avanzada, en realidad, el tiempo que necesita no es muy diferente, lo que pasa que viene un poco distorsionado por siestas que suelen hacerse. Por eso creo que es un error bastante común asumir que una persona, porque tenga mucha edad, duerme menos. Si hacemos las cuentas incluyendo estas siestas, prácticamente nos quedamos igual.
—¿Qué tal dormimos los españoles?
—Mal. No solo lo digo porque haya estudios referente a las horas, sino porque hay un dato bastante revelador de la calidad del sueño de los españoles: somos el país que más fármacos psicotrópicos consumimos para dormir. Eso es una estadística objetiva en la que estamos a la cabeza entre todos los países de nuestro entorno y está reflejando una mala calidad de sueño. Son problemas que se van a producir a largo plazo en la salud de las personas.
—¿Les preocupa que la falta de sueño se trate con fármacos en todos los casos?
—No solamente es el insomnio, aunque sí que es la situación más obvia en la que el tratamiento farmacológico no debería ser la primera opción. Hay otras vías, como las medidas terapéutico-conductuales de hábitos de sueño, de las cuales, sospecho, la población no tiene mucho conocimiento. Por eso, creo que un aspecto importante sería hacer campañas de concienciación y de formación entre la población. Pero sí, me preocupa, porque se está sobremedicando. El problema es que puede cronificarse porque el sueño es de peor calidad, aunque los sujetos no lo perciban como tal. No es aceptable que una parte importante de la población esté consumiendo benzodiazepinas, por ejemplo, y además durante un período de tiempo muy, muy largo. Eso es algo que, al final, repercute en la salud.
—¿El consumo de benzodiazepinas para dormir acaba haciendo que la calidad del sueño sea peor?
—Dependiendo del tipo de fármaco que se esté utilizando, la estructura del sueño se modifica. Y, precisamente, la calidad, lo reparador que es, es muy dependiente de esta estructura. Por eso, en ocasiones, no se escoge la benzodiazepina adecuada para el tipo de insomnio que tiene la persona. Habitualmente, se da una genérica sin tener en consideración la modalidad de insomnio. Es cierto que la persona acabará durmiendo, pero con un sueño sin calidad. Y siempre en el supuesto de que la benzodiazepina estuviese realmente indicada, porque eso tiene que ser un especialista el que lo valore.
—¿Cuándo podemos hablar de que existe un trastorno del sueño?
—Un trastorno es una patología. Es una situación médica como cualquier otro. ¿Cuál es la diferencia? Que, habitualmente, vamos a tardar un poco más de tiempo en ser conscientes de esta alteración. Pero si yo me voy quedando dormido por las esquinas a lo largo del día, no es normal; eso quiere decir que mi calidad de sueño no es la adecuada ni la suficiente. Y repercutirá en todo lo demás. Eso es un trastorno, claramente. No es que yo lleve dos o tres días durmiendo mal ante una situación estresante. Es habitual que pasemos por temporadas con dificultades para establecer sueño o mantenerlo. Pero eso es una cuestión fisiológica que se termina pasando y que no requiere atención médica. De hecho, sería un error recurrir directamente a la farmacología porque lo único que vamos a hacer es cronificar una situación que no debería haberse producido.
—¿Qué trastornos ven con mayor frecuencia en las unidades de sueño?
—Digamos que, porcentualmente en relación a la población afectada, el insomnio sería el trastorno más frecuente. Aproximadamente, el 30% de la población lo padece o lo padecerá en algún momento. Después tendríamos la apnea obstructiva del sueño, la segunda gran patología. Y después ya empezamos con otros trastornos que porcentualmente son menos frecuentes. Hablamos de la narcolepsia o las parasomnias.
—¿Cuáles son los desencadenantes del insomnio?
—Creo que, en la mayoría de casos, es por una mala gestión de situaciones que realmente con una buena higiene del sueño deberían ser solucionados. Por ejemplo, el sueño psicofisiológico debería tener solución en muy poco tiempo. O sea, es normal que si a alguien le muere un familiar, esté una temporada en la que duerma peor, le cuesta conciliar inmediatamente el sueño o se despierte antes. Dependiendo del comportamiento que adopte, eso se puede cronificar o puede no. Muchos de estos insomnios tienen detrás que hayan despedido a alguien del trabajo. Bueno, pues es lógico que no se concilie el sueño. Pero si no se toman las medidas adecuadas, se acabará cronificando, que es lo que sucede en la mayor parte de los insomnios. Es cierto que hay patologías médicas que pueden influir y pueden hacer aparecer cuadros de insomnio, pero para eso hay que hacer un cuadro diagnóstico.
—¿Y cuáles son estas medidas?
—Una es tener los horarios más regulares posibles. Dos, dormir siempre en la misma habitación. Procurar que esté a oscuras, que no tenga demasiado ruido, y que la temperatura no sea ni muy caliente ni muy fría. Como es evidente, que los colchones sean relativamente cómodos. Después hay otras medidas, como por ejemplo, evitar comer e inmediatamente acostarnos. Exactamente igual que tampoco es muy recomendable hacer un ejercicio físico intenso justo antes de dormir. Porque todo eso desencadena mecanismos que no propician realmente el sueño. Algunas son obvias, como no ingerir sustancias estimulantes en las horas previas como es la cafeína.
—Es obvia, pero a veces no se evita.
—Claro. También pasa con el consumo de alcohol, que mucha gente piensa que facilita el sueño. Todo lo contrario. El alcohol impide la realización de un sueño adecuado y su estructura normal. De hecho, provoca despertares mucho antes de lo que deberían producirse, con lo cual interfiere en el sueño.
—¿Por qué dormimos?
—Pues hay varias hipótesis, varias teorías. Una es que dormimos para restaurar la energía. Otro es que necesitamos dormir para consolidar memorias a nivel cerebral. Y, en el fondo, el sueño es un proceso reparador. Si no se duerme, se generan muchos problemas, dependiendo de la privación que exista, hasta el punto de que si son de muchos días, puede comprometer la integridad y la vida del sujeto. Por ejemplo, hay una patología que demuestra esto, que es el sueño familiar fatal, en la que el paciente, al cabo del tiempo, termina falleciendo una vez que se ha presentado el cuadro. Como digo, hay diversas teorías para explicar por qué dormimos, pero la realidad es que prácticamente todos los vertebrados tienen un ciclo equivalente a nuestra vigilia-sueño. Todos los vertebrados lo van a tener. Incluso animales que no entran dentro de esta escala. Las bacterias tienen períodos de actividad y disminución de actividad. Y posiblemente esté todo generado por el fotoperiodo solar, porque el sueño es un ritmo circadiano en todas las especies. De momento, no tenemos muy claro cuál exactamente de todas estas teorías la que realmente explicaría por qué dormimos. Lo más probable es que sea un conjunto de todas ellas, que todos los sistemas fisiológicos necesitan recargarse y recuperarse.