El Reino Unido diseñará con Francia y otros países europeos un plan de paz para Ucrania que respalde Estados Unidos

Miguel Pérez COLPISA

INTERNACIONAL

Foto de los líderes reunidos en la cumbre que se celebra este domingo en Londres
Foto de los líderes reunidos en la cumbre que se celebra este domingo en Londres NEIL HALL / POOL | EFE

Starmer habilita una multimillonaria ayuda para Kiev en mismo día que organiza la cumbre de líderes europeos y prepara una «coalición de voluntarios» con Macron para desplegarse si se detiene la guerra

02 mar 2025 . Actualizado a las 17:28 h.

Estados Unidos es necesario para garantizar una «paz duradera» en Ucrania. El primer ministro británico, Keir Starmer, ha sido claro antes de la cumbre de líderes europeos que este domingo alberga Londres para tratar de cerrar la grieta atlántica más grave desde la Segunda Guerra Mundial. La reunión aborda la necesidad de reforzar la defensa de Europa en previsión del alejamiento del paraguas de seguridad de EE. UU., pero la «prioridad número uno» consistirá es concretar fórmulas que eviten aún más «la brecha en la alianza».

Fuentes británicas consideran que Europa nunca ha sido un agente pasivo en la guerra de Ucrania, un país al que ha aportado tanto dinero en ayudas como Estados Unidos. Pero Londres asume que «ahora le corresponde al viejo continente» buscar la manera de aproximar a Washington y Kiev, distanciados desde que el presidente Donald Trump decidiera negociar directamente con Rusia la paz en la exrepública. Y todavía más enemistados a raíz de la broca del viernes en el Despacho Oval, que terminó con la expulsión de Zelenski de la Casa Blanca tras haber sido degradado a gritos ante las cámaras por el mandatario republicano y el vicepresidente J.D. Vance.

Starmer aspira a erigirse como el costurero europeo que arregle el roto. Pero no solo. El primer ministro ha desvelado que el Reino Unido y Francia, «posiblemente con uno o dos países más», trabajarán con Kiev en un programa para «detener los combates» que posteriormente presentarán a Estados Unidos, Starmer ha asegurado taxativamente: Confío en Trump. Y está convencido de que tanto él como Zelenski desean final de la guerra. Nadie quiere que este conflicto continúe», ha señalado, precisando la necesidad de dejar claro que «se trata de una agresión rusa»

«Estamos preparando un plan para detener los combates y luego discutiremos ese plan con Estados Unidos. Creo que hemos dado un paso en la dirección correcta», ha hecho saber el primer ministro. Starmer ha añadido que a esta propuesta se podrían sumar «uno o dos países más», sin dar por el momento más detalles sobre el contenido de la misma ni de sus participantes.

El Reino Unido y Francia se plantean presentar a Trump un plan para la paz que él debería apoyar. Los países europeos actuarán así de «puente» entre Washington y Kiev, a la vista de su severo desencuentro, aunque en las últimas horas se han multiplicado las recomendaciones a Zelenski para encarrilar la situación con la Casa Blanca; un objetivo en el que ya trabaja su gabinete, pero que necesitará mucha templanza y tiempo.

«Mi objetivo principal ha sido tender un puente y volver a centrarnos en el tema principal», ha manifestado el 'premier' sobre el fundamental fin de la guerra en el este. Starmer ha anunciado además una «gran coalición de voluntarios» pactada entre británicos y franceses para cumplir con las garantía de seguridad que exige Kiev para el día después de que se firme la paz. El vocabulario es importante. La coalición que defiende con Emmanuel Macron es un equivalente a la misión de paz militar anteriormente propuesta y que ha despertado el rechazo de Rusia y que chirría extremadamente en Washington. De una manera u otra, el 'premier' es consciente de que deberá contar con el «respaldo» estadounidense.

Meloni, invitada especial

TOLGA AKMEN | EFE

La cumbre reúne en la céntrica sede de Lancaster House a los gobiernos de España, Francia, Alemania, Italia, Dinamarca, Países Bajos, Noruega, Turquía, Finlandia, Suecia, República Checa, Polonia y Rumanía, además de la presidenta de de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Previamente, Volodímir Zelenski ha mantenido esta mañana una videoconferencia con los países bálticos y luego se ha reunido con Georgia Meloni en privado para abordar la propuesta de la mandataria italiana de celebrar una cumbre entre Europa y Estados Unidos. Al final de la jornada, el presidente ucraniano cerrará su agenda británica con un encuentro con el rey Carlos III.

Starmer ha salido a la puerta del número 10 de Downing Street para recibir a la primera ministra. Existe un trato de cierta deferencia hacia ella. El Reino Unido no pertenece a la Unión Europea y su jefe de Gobierno considera que Meloni puede ser una aliada de gran valor en el bloque, aparte de que ella misma se ha prestado a ejercer de puente con Estados Unidos y cuenta con más simpatías de Trump que muchos de los gobernantes continentales. De hecho, antes de acudir a la cumbre londinense, Meloni ha mantenido una larga conversación telefónica con el presidente norteamericano. Antes de entrar en la sede del Gobierno, ha manifestado a los periodistas que «hacen falta nuevas ideas porque la seguridad de los ciudadanos está en peligro».

Además de intentar engrasar de nuevo las relaciones con Estados Unidos, el orden del día contempla cómo proporcionar más y mejor apoyo militar y financiero a Ucrania desde Europa, y el establecimiento de nuevas sanciones económicas sobre Rusia. El objetivo no es sencillo. El principal asesor de Trump, el multimillonario Elon Musk, ha publicado ya un mensaje en vísperas de la cumbre apostando por la salida estadounidense de la OTAN, Él y el vicepresidente J.D. Vance se han convertido en los principales encargados de atizar el enfrentamiento con el Viejo Continente que Trump parece asumir punto por punto.

En ese marasmo, el Reino Unido intenta arrastrar al resto de Europa en sus propósitos. Este mismo domingo, la ministra de Economía, Rachel Reeves, ha anunciado el desbloqueo de miles de millones de euros de las arcas británicas para proporcionar apoyo a la exrepública invadida y ha pedido al resto de los países europeos que hagan esfuerzos similares. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha respondido al envite y, antes de viajar a Londres, ha señalado que Europa «debe estar unida y proveer mayor apoyo militar; hoy, mejor que mañana». El gabinete londinense estudia tomar otras iniciativas y arrastrar a los gobiernos comunitarios en su empeño, como el de la congelación de activos rusos en su territorio.

La cumbre londinense, y la que tendrá lugar el próximo jueves en Bruselas por parte de la UE, ha sido comparadas con los mejores, y más graves, momentos de la historia del último siglo. Algunos analistas comparan su importancia con la cumbre de Yalta que reunió a Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial. Otros afirman que el continente enfrenta los mayores retos desde la Guerra Fría. Hasta ahora, durante estos últimos tres años de guerra en el este, Europa ha podido manejarse al abrigo del paraguas estadounidense creado por un presidente, Joe Biden, que recuperó el papel de la Casa Blanca como gendarme y principal mentor contra la agresión rusa. Con Trump, todo indica que la UE debe asumir ese papel ante la amenaza de los Estados autoritarios. Starmer tiene ahora la oportunidad de marcar liderazgo, quizá tanto como el que consiguió Margaret Thatcher en la OTAN y en su propio país durante los últimos años de la Guerra Fría. Suya fue la frase: «Europeos y estadounidenses deben mantenerse unidos», que ahora repite en primer ministro si descanso.

Despliegue de tropas

El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, se ha pronunciado este domingo radicalmente en contra del posible despliegue de fuerzas europeas en territorio ucraniano, como barajan desde hace tiempo el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, al asegurar que esta decisión representaría una nueva «incitación» a la guerra. «Macron y Starmer llevan tiempo dando vueltas a ideas como el entrenamiento de miles de pacificadores», ha declarado Lavrov, «pero este plan de meter 'fuerzas de paz' en Ucrania no es más que una nueva incitación del régimen de Kiev a la guerra contra nosotros». Lavrov, en declaraciones al conglomerado de medios rusos Krasnaya Zvezda recogidas por el Ministerio de Exteriores, lamenta que «nadie ha preguntado» a Rusia sobre esta posibilidad y aplaudido la actitud a este respecto exhibida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, «quien dijo que todavía era demasiado pronto para hablar de esta cuestión y que era necesario el consentimiento de todas las partes, porque es un hombre que lo comprende todo».