Trump exime a los teléfonos, los ordenadores y los chips de los aranceles «recíprocos»

ECONOMÍA

El 80 % de los iPhone que se comercializan en EE.UU. se fabrican en China
12 abr 2025 . Actualizado a las 20:53 h.Donald Trump vuelve a pisar el freno en su guerra arancelaria. La Casa Blanca daba este sábado un nuevo bandazo en su política proteccionista al anunciar que varios productos tecnológicos quedaban totalmente liberados del tormento de los gravámenes. Tal y como recoge un documento publicado en la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza del país, los teléfonos inteligentes, ordenadores, microprocesadores y otros productos electrónicos como televisores y monitores quedarán totalmente exentos de los polémicos aranceles de la Administración estadounidense. No solo de los recíprocos con los que Trump todavía anda a vueltas —esta misma semana anunciaba una prórroga de 90 días para decidir qué países quedaban liberados del castigo americano, a excepción de China, con la que el tono ha seguido creciendo hasta fijarles la penitencia en un 125 %—, sino también de la tasa base del 10 % que se aprobó para casi todas las naciones. Es decir, todos los aparatos electrónicos esquivarán el sobrecoste que implicarían las medidas anunciadas estas últimas semanas, incluido ese arancel del 125 % decretado para China.
La medida llega después de una semana turbulenta en los parqués americanos, pero también en los lineales del supermercado. La capitulación de la Casa Blanca beneficiaría en primer lugar a empresas como Apple —que ha perdido más de 640.000 millones de dólares en valor de mercado estos últimos días—, Nvidia, Microsoft o Samsung. Pero también a los consumidores. Para muestra, un botón. El 80 % de los iPhone que se comercializan en Estados Unidos se fabrican en China. Y de llegar a buen puerto el último giro arancelario de Trump, había cálculos expertos que apuntaban a que teléfonos como los de la compañía de la manzana podrían llegar a costar entre 3.000 y 3.500 euros.
No solo los móviles disfrutarán de las exclusiones. También se aplicarán a ordenadores portátiles, discos duros, microprocesadores y chips de memoria, así como las máquinas utilizadas para producir semiconductores, en un claro guiño al gigante de la fabricación de chips Taiwán Semiconductor Manufacturing Co (TSMC), uno de los sectores que se había mostrado más sensible a la ofensiva arancelaria.
Esta medida supone una nueva claudicación de la Administración Trump, en un intento de echar un capote a las empresas estadounidenses, sobre todo a las tecnológicas. Se jugaba mucho. Porque gran parte de la ya bautizada como tecnocasta que se encuentra al frente de estos gigantes —que en la última semana ha padecido con especial virulencia la volatilidad del mercado— se había erigido como uno de los grandes baluartes de la nueva era del republicano.
También pretende la Casa Blanca enfriar la fiebre consumista que se había apoderado del país en las últimas semanas. Millones de estadounidenses se habían lanzado estos días a los supermercados para hacer acopio de toda clase de productos antes de que el sobrecoste hiciera mella en las etiquetas. Desde alimentos hasta muebles, pasando por todo tipo de cacharros electrónicos o incluso coches. La ola de pánico se había extendido y las largas colas en las cajas de Costco o Wallmart con carritos llenos de televisores u ordenadores se había convertido en una escena ya habitual.
Impacto en la economía
Y mientras Trump continúa dando tumbos con su guerra arancelaria, algunos organismos han empezado a poner negro sobre blanco a cuánto puede ascender el coste de la política proteccionista del despacho oval. La Comisión Europea ha estimado una caída de hasta el 3,3 % del PIB de Estados Unidos y del 0,6 % en la Unión Europea hasta el 2027 si se imponen aranceles permanentes del 20 % o si se activan medidas de represalia.
Bruselas retrasa 90 días los aranceles a 1.700 productos estadounidenses
Von der Leyen asegura que la pausa de Washington es «un paso importante para recuperar la estabilidad global»
Olatz Hernández
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha celebrado este jueves la pausa de noventa días en las tarifas recíprocas anunciada ayer a la tarde por el presidente estadounidense, Donald Trump y ha anunciado que la Unión Europea (UE) también pausará la entrada en vigor de los primeros aranceles de entre el 10 y el 25 % que iban a afectar a 1.700 productos estadounidenses a partir del 15 de abril. «Es un importante paso adelante para estabilizar la economía global. Queremos dar oportunidad a la negociación y pausaremos las contramedidas que ayer recibieron el respaldo de los Estados miembros», ha asegurado Von der Leyen. La política alemana ha vuelto a poner sobre la mesa la oferta de las tasas cero en bienes industriales y ha afirmado que el bloque sigue comprometido a unas negociaciones «constructivas» con EE.UU.
El portavoz de Comercio, Olof Gill, ha detallado que el Ejecutivo comunitario se tomará ahora «el tiempo necesario para evaluar esta decisión, en consultas con los Estados miembros y la industria, antes de decidir los próximos pasos» y así poder dar espacio a las negociaciones.
Von der Leyen ha recordado a su socio tradicional que las condiciones «claras y predecibles» son «esenciales» para que funcione el comercio y las cadenas de suministro, y que los aranceles «solo dañan a empresas y consumidores». Aunque la UE mantiene el diálogo con Washington para buscar una solución a la guerra comercial, «seguimos enfocados en diversificar nuestras asociaciones comerciales» y Europa trabaja en derribar obstáculos del Mercado Único. «Esta crisis ha dejado una cosa clara: en tiempos de incertidumbre, el Mercado Único es nuestra ancla de estabilidad y resiliencia», ha señalado.
Ayer mismo, los Veintisiete dieron luz verde a las tasas de entre el 10 y el 25 % que impondrán a 1.700 productos estadounidenses a partir del 15 de abril, una medida que sirve de respuesta a los aranceles del 25% que Trump aplica al aluminio y el acero europeo, así como a sus derivados, pero que queda en pausa durante noventa días. De entrar en vigor, estas tasas tendrán un impacto de 3.700 millones de euros, aunque se podrán suspender en cualquier momento, en caso de que Bruselas y Washington lleguen a un acuerdo.
En paralelo, el Ejecutivo comunitario y las capitales europeas continúan el trabajo preparatorio de una nueva ronda de castigos que tendrá un impacto de unos 13.500 millones de euros y que se empezará a aplicar a partir de mayo. Además, a partir del 1 de diciembre, coincidiendo con el calendario de cosecha de estos productos, la UE gravará las almendras y la soja estadounidense, lo que supondrá un golpe económico adicional de 3.500 millones de euros a la economía estadounidense.