El barrio llamado a ser el Lavapiés de A Coruña: Os Mallos duplica el precio de sus pisos en solo un decenio

VIVIR A CORUÑA

Edficios racionalistas de Os Mallos
Edficios racionalistas de Os Mallos Eduardo Pérez

Esta zona llegó a tener los alquileres más baratos de la ciudad. Hoy el suelo ha duplicado su valor, en parte, debido a la gentrificación y a la llegada de la estación intermodal

24 abr 2025 . Actualizado a las 13:36 h.

Hace una decenio, España empezaba a coger aire tras la crisis financiera del 2008. Faltaba aún tiempo para que la clase media viese peligrar su derecho a una vivienda digna y, concretamente en A Coruña, pocos destinaban más del 30 % de sus ingresos al alquiler de un piso, un esfuerzo económico que hoy es la tónica habitual en casi la mitad de la ciudad, Os Mallos incluido. Es reseñable porque justo en abril del 2015 este enclave batió un récord casi utópico: aquel mes el metro cuadrado de suelo costaba 4,9 euros; dicho de otra manera: un inmueble de 60 metros cuadrados se anunciaba por menos de 300 euros. Esta ganga no volvería a repetirse ni en este ni en ningún barrio de la ciudad. De hecho, hoy arrendar en Os Mallos cuesta el doble. 

El portal Idealista muestra cómo los precios del alquiler se han disparado en esta zona, sobre todo, desde que arrancó el 2024. Desde enero de ese año la vivienda se ha ido encareciendo mes a mes hasta alcanzar el insólito precio de 10 euros el metro cuadrado. El efecto llamada que está sufriendo este barrio tiene una cara amable —ha conseguido barrer los estigmas del pasado—, pero también representa esa faz descarnada vinculada a fenómenos como la gentrificación, un proceso asociado al precio de la vivienda que expulsa a vecinos con bajo poder adquisitivo para, tras una reforma o intervención, comenzar a acoger a gente más adinerada que, sin embargo, en otro contexto no se habría planteado vivir en esta zona. ¿Será Os Mallos el nuevo Lavapiés?

La investigadora y divulgadora científica Deborah García lleva desde que tiene uso de razón viviendo en un barrio nacido para dar respuesta a la llegada de mano de obra que, a mediados del siglo XX, venía a la ciudad procedente de entornos rurales. Surgieron así unos edificios racionalistas promovidos por la ley Salmón —esta norma favorecía construcciones para personas con escasos ingresos— que, para García, son «los más bonitos de la ciudad». «Aparte de su estética, me parecen un ejemplo de construcciones bien pensadas, con sentido urbanístico. Son edificios bajos que permiten que las viviendas tengan luz y, gracias a ellos, tenemos algunas calles espectaculares».

 

Esta doctora en Química valora especialmente de este barrio que sea «familiar», incluso «un poco aldea». «Aquí estamos los de siempre y me parece bastante hortera que la gente a la que le empieza a ir bien abandone sus barrios para irse a vivir al centro. Yo me quedaré aquí por una cuestión moral, me gusta este estilo de vida y lo elijo de forma consciente, por su vida tranquila y la cantidad de comercios locales que siguen dando servicio, aunque sí que pondría algo más de zonas verdes».

Tanto García como Víctor López, de la inmobiliaria Tilit Realty, piensan que las obras de la estación intermodal están empujando a muchos foráneos a conocer una zona que, también opinan, ha conseguido liberarse de sus fantasmas. Los dos recuerdan que hubo una época en la que este barrio aparecía en los medios, casi día sí día también, por la delincuencia callejera y la presencia de narcopisos. «Está ocurriendo algo que hace años sería impensable, y es que los inversores se están fijando en esta zona porque se están rehabilitando muchos edificios que, además, son un filón para estudiantes». Como indica López, en Os Mallos abundan los pisos sin ascensor —un hándicap que no lo es tanto para los más jóvenes, sobre todo si esto abarata el precio del inmueble—, y se trata de un enclave próximo a la línea de autobús que va al campus universitario. «Esto es una limitación importante para los estudiantes, así que esta zona se revaloriza también por este motivo».

Por otra parte, también recuerda el experto inmobiliario que en este barrio aún hay, y esto empieza a ser una rara avis, pisos a la venta por menos de 200.000 euros, el precio tope por el que los menores de 36 años pueden pagar un ITP reducido del 3 %.